viernes, 20 de abril de 2012

#5

Ya contraté a una chica, tatúa muy bien, y se llama Marta, está ansiosa por empezar, y yo también, y en este momento vamos a empezar mi segundo día, y el primero de su carrera.
- Marta, yo atenderé a ese cliente, tu mientras vete barriendo mi despacho.
+ De acuerdo.
De repente vi entrar a alguien, y rápidamente le dije a Marta que ella atendiera al cliente, que yo tenía cosas que hacer.
- Eres tú?, dije con un asombro que no sentía desde hace años.
Sentí como me daban un abrazo, y mis lágrimas caían tan rápidamente que era como si llevaran dentro todos los pensamientos que llevaba en aquel momento y los arrojaran al vacío.
+ ¿Como es posible? ¿Como la distancia puede habernos echo esto?
- Ya sabes, aquello era lo más importante.
+ Lo se, te eché muchísimo de menos, eras mi mejor amigo, y tenía miedo, no sabía que hacer, dijo sin que dejaran de caer años de lágrimas por sus cristalinos ojos.
- ¿Que fue de tu vida? no se nada de ti, desde hace 5 años eres una extraña para mí.
+ No digas que soy una extraña para ti, eso nunca, por favor.
- Porque?
+ No puedo pensar que todo fue por mi culpa, mis remordimientos me atraviesan y me dejan un vació que no se como llenar.
- No digas tonterías, eras una niña, hiciste lo correcto.
+ ¡Huir no es lo mejor! ¡Nunca!, dijo llorando como nunca la viera.
- Por favor, no llores.
+ ¡Pensaba que te murieras!, ¿como te atreves a decirme eso?, dijo llorando muchísimo.
- Yo.. yo no lo sabía, lo siento, no sabía como contactar contigo, dije llorando tanto como ella.
+ No importa, ahora ya te encontré, y no voy a dejar que nos volvamos a separar, nunca, ¿oíste? nunca.
- Claro que no, jamás.
+ Esto es el comienzo de una nueva etapa, dijo con los ojos llorosos.
- No, esto es la continuación de la otra.
+ No, es la continuación de mi nueva vida.
- Tienes razón, y la vamos a comenzar ahora mismo, con un tatuaje que palpe nuestra amistad, para toda la vida.
+ Yo quería hacerme un unicornio, pero eso me gusta más, dijo riendo mientras se le caían unas pocas lágrimas.
Planificamos el tatuaje, y quedamos en hacernos los dos unas golondrinas con la frase "stay strong" en medio y una mano con una rosa, y los dos, nos o haríamos en el brazo.
- Yo empiezo haciéndote un tatuaje a ti, a mi ya me lo hará Marta después.
+ De acuerdo.
- Bueno, cuéntame, dime algo de tu vida, algo interesante que te haya pasado en estos últimos años.
+ Cuando deje de verte, mi vida empeoró, deje los estudios, y solo tengo poco mas que la E.S.O., cosa por lo que ahora trabajo de camarera.
- Lo siento, dije tartamudeando, no me puedo creer el daño que te causé.
+ No fue tu culpa. Tuve que empezar por lo mas bajo, cuando me independicé tuve que buscarme la vida como fuera, y acabé trabajando en un club de estriptis, solo trabajaba como gogó, y el dinero venía escaso, un mal día mi jefe me dijo que el dinero estaba tras una puerta, yo no quería entrar en ella, pero... contuvo aire, necesitaba el dinero, abrí la puerta y dentro había un hombre de unos cincuenta años, era algo gordo, y tenía una barba de cuatro días, un pelo rubio y unos ojos marrones, unas cejas pobladas y unos labios agrietados, no paraba de toser, el encendió un cigarrillo y empezó a fumar, me dijo groseramente "pasa nena", y yo, pasé.
- ¡Como te atreves a decir eso?, dije absolutamente cabreado.
+ No lo se, no supe mantener mi dignidad, y me desvirgué de una manera de la que lloro cada vez que la pienso.
- ¡Como? ¡Pero cuantos años tenías?
+ Me independicé a los 17 años, era una niña, y sabía perfectamente lo que hacía. Ese fue el peor día de mi vida, y ese día llevo a otro, y ese a otro, y ese otro a otro más, y así sucesivamente. Aún recuerdo como se introducía dentro de mi, y me hacía daño, le dije para, muchas veces, bastantes veces, pero me agarraba, y yo gritaba, quería parar, y el no me dejaba, no paraba de causarme ese dolor que se introducía dentro de mi. Lloraba, y lo único que oía a cambio de mis gritos era "goza". -Empezó a llorar casi tanto como antes- al día siguiente me acordé de ti y de tu cuerpo sin vida, y no podía pensar en otra cosa.
- No lo puedo creer, eres la persona mas idiota por la que mis ojos se atrevieron a llorar, dije tristemente dolido.
+ Eres la primera persona a la que le cuento esto, supongo que pasaron los años, pero no la confianza.
- Eso se llama amistad.
+ Que bien lo sabes -dijo forzando una sonrisa-.
+ Los días, meses y años pasaban, tan lentamente que parecía que mi ridículo ser jamás saldría de esa etapa. Hasta que un día, un bendito día decidí abandonar todo aquello que atormentaba mis sueños, y que no me los dejaba cumplir, los veía tan lejos que parecían estrellas.
- Son tan grandes que las puedes ver, pero están lejos.
+ Exacto.
- Siempre lo repetías en nuestra infancia.
+ Y en la vida futura también lo haré. -dijo forzando de nuevo otra repetitiva sonrisa-
- No, en el futuro jamás lo volverás a hacer
+ Por que?
- Tus sueños se van a cumplir, jamás volverán a ser estrellas.
+ No me hagas reír, solo soy una camarera del tres al cuarto, no valgo para otra cosa que me agrade, soy un pequeño bulto en esta sociedad.
- Anda, no digas tonterías.
+ Tú eras lo único que me alegraba el día, y te deje de lado cuando mas lo necesitabas, soy asquerosamente despreciable...
- ¡No digas eso! -La interrumpí- No fue tu cul...
+ ¡Para de repetirlo! ¡Estabas enfermo y yo te de de lado! soy.. soy... sinceramente no se lo que soy -dijo desolada-
- No te tortures.
+ No soy capaz de evitarlo...
- Yo tenía cáncer, y esos meses fueron los peores de mi vida, te comprendo perfectamente, la quimioterapia me tenía completamente consumido, los tratamientos... ¡todo!... no tenías la suficiente madurez como para aceptar todo lo que me estaba pasando. Mi vida estaba a una calada de consumirse, pero lo logré, logré salir de aquella cárcel llamada cáncer, conseguí librarme de aquellas garras que me retenían y no me dejaban escapar, conseguí vivir, y estoy orgulloso de ello. Por favor, no lo hundas, no hagas que todo lo que tuve que sufrir traiga tus consecuencias, tus nefastas consecuencias, necesito que seas fuerte, para ser feliz, de nuevo, en nuestro nuevo episodio.
+ Quedamos en que todo fuera el mismo episodio.
- ¡Despierta! fueron cinco años! sí que es otro episodio. Y eso no viene a trapo, por favor, hazme caso, y vive.
+ No puedo hacer esto.
- ¿Lo que?
+ Reencontrarme contigo, es demasiado duro, es demasiado, no se, insoportable.
- Tú no eres la chica que conocía hace cinco años, la que ansiaba con conocer el mundo, y soñaba despierta.
+ Como tú dijiste era solo una cría, y las crías crecen y se hacen -cogió aire- ya sabes, luego deshechos de la sociedad, y acaban haciéndose un tatuaje sin pensarlo para ocupar su tiempo en algo y sentirse importantes, pero en el fondo aún son unas crías que no saben nada de la vida y creen saberlo todo.
- No renuncies a tanto por nada.
Ella se desmalló dejando a mi merced un cuerpo dormido y inmenso en otro mundo, marqué rápidamente al 112, dejando correr en mi teléfono fijo de hace diez años una lágrima, que esta vez iba cargada de todo lo positivo que me rodeaba hasta aquel entonces. No todo el mundo tiene mi suerte, pero ahora mi suerte iba en decadencia, con este desafortunado suceso, solo deseaba no irme yo, al tener ella el problema, y lograr lo que ella en aquel entonces no logró, aguantar.

                                      #6 . La continuación.


                                                                       



No hay comentarios:

Publicar un comentario