sábado, 23 de marzo de 2013

#15

Hoy me despierto para comenzar un día de trabajo. Estoy tan entusiasmado que reboso de felicidad.
Dispongo a salir de cama, y con mi pie derecho piso la alfombra de mi cuarto, al momento lo sigue el izquierdo. Lo que me lleva a pensar en la suerte, "no tengo un buen día, me levanté con el pie izquierdo", entonces se supone que hoy tendrá que ser un buen día para mi, pues me levanté con el derecho. Pero no, eso no es posible, la suerte no existe.
Con el tabaco más barato fumo en la pipa más barata, si he de fumar en una pipa, que sea en una buena pipa, aunque en realidad solo esté intentando evitar el pensamiento de que la sociedad me manipula y me lleva a aparentar. Aunque es de suponer que la gente que sabe de tabaco sabrá por el olor que este es un tabaco barato, supongo que uno no se puede ocultar siempre tras el humo.
Empiezo una nueva rutina, la cual espero tener que mantener durante mucho tiempo, para poder fumar tabaco caro en una pipa cara.
Ye preparado me dispongo a salir, introduzco la llave en la cerradura para cerrar la puerta, giro la llave, y la puerta se cierra, cerrando a la vez una etapa de mi vida.
Caminando por las calles de mi agitada ciudad me doy cuenta de la suerte que tengo al haber encontrado trabajo, mucha gente pasa hambre por el simple hecho de no trabajar.
Queda poco para llegar a mi puesto de trabajo, y me doy cuenta de que cambié bastante desde la última vez que "trabajé".
Llego justo a tiempo para atender al cliente que tenía citado, pero antes voy a saludar a todo el mundo, ya que no trabajo solo, me tendré que relacionar.
- Buenos días -le dije a mi primer cliente-.
+ Buenos días -me contestó el-.
- Que tatuaje quieres?
+ Te paso un boceto - contestó-
- Muy bien, pues si esperas un momento puedo pasarlo a una plantilla y empezamos con el tatuaje.
+ "Ok"
El tatuaje era el rostro de Jesús ensangrentado, seguramente en la escena del crucifijo.
- Ya podemos empezar -le dije al cliente-
Se puso en la silla, me pidió que empezara como si se tratara de un automatismo. Un poco incómodo le coloco la plantilla y comienzo a hacerle el tatuaje.Es un tatuaje largo y nos va a llevar unas horas, como no conversara el cliente sería un trabajo sumamente aburrido. Dos horas después de empezar el tatuaje decidí conversar con el.
- Como te llamas? -pregunté al cliente-
+ Moisés
- Que nombre más raro -solté una pequeña risa-
+ Es bíblico -me respondió Moisés-
- Ya me lo suponía, ¿eres muy religioso?
+ Dios me salvó la vida, a el se lo debo todo. Como compensación me grabo el rostro de su hijo en mi brazo.
- ¿Te salvó la vida? -dije extrañado- explícame eso.
+ Hace 3 años caí gravemente enfermo, mi enfermedad me provocaba grandes dolores y yo no podía soportarlo, entonces comencé a rezar el doble, al igual que mi familia. Le pedía a Dios todos los días que me salvara de esta cruel tortura, y al mismo tiempo le preguntaba por qué me castigó, qué hice mal para merecerlo. Mi fe y yo luchamos contra mi enfermedad y ganamos, por eso le debo un tatuaje, una vida y mucho más.
- Me estás diciendo que caíste enfermo porque Dios te castigó por algo que no sabes ni lo que es y que este te salvó la vida después de permitir que cayeras enfermo? -dije con tono de burla-
+ No exactamente, parece que estás a la defensiva, ¿tienes algún problema?
- No, lo que pasa es que no creo en todo eso que dices.
+ Yo respeto a cualquier persona por sus creencias, aunque me parezca de ignorantes decir que dios no existe, lo respeto. Y no consiento que te metas con mis creencias porque ahora mismo son los mas importante en mi vida. Así que vuelves a mencionar algo malo sobre ella y te enteras. -dijo fríamente-
- Voy a hablar rápido y claro. Dios no existe, y te puedo dar muchas razones. Una dellas es que es imposible que un solo hombre creara un universo, es más, ese hecho es imposible de demostrar, mientras que la ciencia aporta un montón de datos sobre el origen de universo y demás, y se puede demostrar. Cosa que en la religión no pasa, solo son teorías que se usaron en otra época para atormentar al pueblo con la idea de que si pecabas irías al infierno, y controlar a la gente como les pareciera. Al igual que pagar por librarte de un pecado. El dinero no mata los hechos.
+ Deja de decir estupideces, me estás cabreando, acaba ya el tatuaje porque estoy deseando largarme de aquí. La gente que piensa como tú está arruinando todo esto del cristianismo. Ojalá fuera ilegal hablar desa manera.
- ¿Que sea ilegal la libertad de expresión? Deja tú de decir estupideces.
+ Mira me estás hartando.
- Porque no soportas la idea de que yo tenga razón.
+ ¡Eso no es cierto! Los curas nos guían hacia la libertad de la muerte, una vida sin pecados nos llevará al paraíso. Para eso rezamos, acudimos a la iglesia y demás. La gente como tú acabará en el sufrimiento eterno.
- Tienes el cerebro lavado, todo lo que dices son un montón de insensateces.
+ Ni se te ocurra volver a repetirlo!
- ¿Lo que? Yo expreso mi idea al igual que tú, y la defiendo de la misma manera, y si quiero decir que la iglesia es una farsa al igual que tú con la ciencia lo digo.
+ ¡La iglesia no es una farsa!
- En la iglesia son unos cínicos, hacen decir que son bondadosos, que ayudan a los pobres, que comparten, y el Vaticano es la ciudad más rica del mundo. Hay múltiples casos de pederastia, machismo, y demás dentro dese colectivo. No pienso respetar a esas personas cuando lo único que hacen es contribuir a la ignorancia y decadencia de la sociedad, me niego.
+ ¡Eso no es verdad! ¡Estoy tan cabreado que no se ni que decir!
- Tienes suerte, acabé el tatuaje. Ya puedes ir a descargar tu furia al exterior.
El cliente empieza a recoger sus cosas rápidamente.
+ Piensa que hoy ofendiste la fe de una persona, y te dejaré cargar con el remordimiento de esto es resto de tus días.
Moisés pagó el tatuaje y se fue de la tienda. Acto seguido empiezo a reflexionar sobre mis palabras. Todo lo que dije lo pienso realmente, pero no estoy seguro de hasta que punto ofendí a esta persona. Creo que me pasé, ya que el no me estaba haciendo ningún mal contándome sus creencias y la razón de por qué su tatuaje. Supongo que tendría que haber callado, ya que yo no soy nadie para cuestionar las creencias de una persona, y menos cuando basa su vida en estas. Al fin y al cabo supongo que hay ignorancias que deben ser respetadas.
El resto del día no fue muy emocionante, fueron tatuajes que no me llamaron mucho la atención, menos en una ocasión, en la que una persona decidió el tatuaje que se quería hacer en el momento. Me sigue sorprendiendo la capacidad de elección que tienen algunas personas para hacerse un tatuaje, pues este formará parte de ti hasta el resto de tus días. Pero bueno, yo solo me limito a cumplir con mi trabajo.
Llego a casa, me ducho, me pongo el pijama, ceno, navego un rato por la red y me voy a dormir.
- Hoy aprendí a respetar -dije en alto para mi mismo-.
Apago las luces y al instante caigo en un profundo sueño.

lunes, 4 de febrero de 2013

#14 (3ª Temporada)

Este hombre me mira con sus ojos marrones, con una mirada seca, sin colorido alguno, una barba que lleva como una semana sin afeitar, unas cejas totalmente pobladas, unos labios carnosos y orejas grandes, una parece más grande que la otra. Apenas tiene arrugas, aparenta un hombre de unos treinta años. Se rasca constantemente su abundante pelo rubio, con algunas canas, y parece nervioso por algo.
+ Bueno, si no va a hablar, ¿Me puede decir para que ha venido a mi consulta? -me dijo el psicólogo-.
- Lo siento, estaba analizándolo - le contesté-.
+ ¿Analizándome? Pero... Que habla usted?
- Tu rostro, a través del intento saber como eres.
+ ¿Eres capaz de hacer eso? ¿En serio? -se dirigió a mi como quien se dirige a un loco-.
- Claro, te lo acabo de decir
+ Y... bueno, ¿como se supone que soy?
- Eres un hombre tranquilo y dejado, pues tu mirada carece de vivacidad, aparte de que tienes abundante barba, por lo que debes de llevar algunos días sin afeitarte. Tienes problemas, deduzco que económicos, pues tu vestimenta no aparenta ser muy cara, o eso me parece a mi, esto último también lo deduzco porque tienes un tic nervioso en el que no paras de rascarte la cabeza, eso, o tienes problemas de caspa. Tienes muy poca paciencia pues en esos tres primeros minutos que estuve sin hablar te alteraste algo. Dime, ¿Cuantos años tienes?
+ No se que clase de mente tienes, pero has acertado en todo...
- ¿Cuantos años tienes?
+ Eso no le tiene que importar.
- ¿Cuantos años tienes?
+ Eso no le importa, pasemos al asunto.
- ¿34?
+ Deje este tema ahora mismo o ya está marchándose de mi consulta.
- Lo siento.
+ ¿Que te ha echo venir aquí?
- Mi madre.
+ ¿Su madre? ¿Pero usted cuantos años tiene?
- Eso no es de tu incumbencia
+ Sí lo es, usted es mi paciente.
- Mírelo en mi ficha, tiene que ponerlo.
+ Por favor, dígame su edad de una vez. -dijo el psicólogo intentando mantener una conversación-
- Está perdiendo su tiempo
+ ¿Me dirá por lo menos su nombre?
- Yo no tengo nombre
+ Todo el mundo tiene un nombre
- Yo no.
+ Por favor señor, colabore un poco -dijo impacientándose-
- Yo no creo en los nombres, si tengo uno, no me lo se.
+ ¿Por que no cree en los nombres? -dijo con un notable interés para poder empezar una conversación.
- Son como una marca de identidad, cuando piensan en ti lo primero que piensan es en tu nombre o en tu apodo, no en tu forma de ser, yo quiero que me recuerden por algo más que un hombre, no quiero que se imaginen mi forma de ser ni mi carácter ni cualquier otra cosa por mi nombre. Se que suena ridículo, pero mi forma de pensar no es como la de usted.
+ Interesante... cuénteme, ¿Por que su madre quiso que viniera a mi consulta?
- Por una tontería.
+ ¿Que tontería?
- Me tiré de la ventana de mi salón, a la carretera.
+ ¿Y que lo llevó a hacer eso?
Se notaba perfectamente que el psicólogo sabía porque estaba allí, mi edad, mi nombre, y todo. Solo quería que yo se lo contara, pero no comprendo muy bien por qué. El fue el que estudió una carrera, y yo solo osy el tonto que sacó un pequeño ciclo para poder ser tatuador, cosa que ni ejercía. Pero bueno, supongo que en esta carrera hay que ser un poco político, se notaba su trampa.
- Bien
+ ¿Que?
- Perdone, no estaba pensando en lo que debía.
+ Y bueno... ¿Que lo llevó a cometer ese acto? -dijo impacientándose aún más-
- Y yo que se... -dije harto de todo-
+ Estoy aquí para ayudarlo, tranquilo.
- Pues yo que se, todo. El juicio, que mi quitaron mi tienda, la hipoteca que ya no tiene razón, los miles que rechacé por orgullo, la muerte de mi amiga, que tengo a media familia un una caja y yo que sé mas. No encuentro salida para volver a tener mi propia tienda. Pedir otro crédito, aparte de que no me lo concedería por falta de aval, sería una locura pagar dos hipotecas cuando no puedo pagar una sola. Y con todo esto dicho me marcho. Ya solté lo que querías.
+ Siéntese por favor, podemos reflexionar sobre este tema.
- Me duele hacer que mi madre pierda dinero, ella me metió en esto por lo que no lo pienso pagar, y como me duele que el dinero se tire, y más el de mi madre que el mío, me voy. Ya que sintiéndolo mucho, no creo en su trabajo. Tal vez sea necesario, pero para otra persona, no para mi, me voy. Dale el recibo a mi madre, adiós. -dije asomado desde la puerta, sin darle tiempo a contestar-.
Supongo que ahora tengo que dejar caer mi orgullo por el suelo y que ese hombre me de una "solución" para todo, pero se que no va a conseguir nada. Lo necesario puede ser repugnante e inefectivo.
Una vez en casa enciendo la televisión y me pongo a mirar un documental de animales, al que ni le hago caso. Para no gastar electricidad apago la televisión, y me pongo a leer, lo que también me aburre, así que juego un poco a beber, pero no estoy acostumbrado, y el alcohol va quemando mi esófago mientras baja hacia el estómago, mandándome señales el dolor interior, de que el otro dolor interior me afecta. No se porque hago esto, así que lo dejo, y no quiero ir a dormir, no quiero hacer nada, lo único que quiero es ver esa ventana, esa ventana por la que en otro momento me tiré, y volverlo hacer, pero con un resultado del que estuve cerca la otra vez.
Enciendo mi pipa y fumo, fumo hasta que noto secos mis pulmones y desagradable mi boca, no tengo otra cosa mejor que hacer. Tal vez deba de hacer algo productivo y ir a buscar trabajo de tatuador, de nuevo. Eso sería ideal, sería comenzar de nuevo en otra tienda. Pero esta vez en serio, durar y ganar un sueldo, y ser feliz trabajando en otra tienda, no sería mi tienda, no sería mía, no sería "Tattoos Remember" pero sería genial.
Como hombre sin imaginación vuelvo a la misma calle de misma ciudad, pero por variar un poco cambio de tienda, y engaño un poco en mi currículum diciendo algo más que se aleja de la verdad, pero necesito vivir, mis principios ya no son los que eran.
Después de una media hora de entrevista me contrataron en una tienda llamada "Piel en el alma", me gustaba ese nombre, por eso me dirigí hacia ella.
Ahora comienza todo de nuevo, poder tener una vida un poco partecida a la que tenía antes, volver a tatuar y volver a escuchar historias sería un regalo hermoso, que me da la sensación de que no merezco. Pero voy a ser egoísta y lo voy a aceptar, voy a vivir de nuevo. Pues ahora era yo el que ocultaba una vida, que no era vida.