viernes, 9 de marzo de 2012

#2

- Hola, (le dije a mi primer cliente)
+ Hola, (me respondió)
-Tu nombre?
+ Sandra.
- Que tatuaje te gustaría hacerte?
+ Unas costillas.
-Alguna referencia?
+ Si, justo en su costilla correspondiente tatuado lo quiero.
- Alguna foto?
+ Si toma.
(10 minutos después, ya con la plantilla echa)
- Bueno, empecemos.
+ De acuerdo.
- Me cuentas un poco de que va tu tatuaje?
+ No quiero aburrirte con tonterías.
- Me gusta escuchar, se me da bastante bien, venga, que no te de vergüenza.
+ De acuerdo, te lo cuento. Dijo secamente
- No ves? Al final hablar es lo mejor. 
+ Si. dijo forzando una sonrisa
Empecé a tatuarla y ella comenzó a contarme su historia.
+ Yo de pequeña, tenías problemas de sobrepeso, me llamaban Sancha, un mote que me quedo durante muchos años.
- Sancha? La interrumpí.
+ Si, por Sancho Panza, de el libro de Don Quijote. Puedo seguir contando mi historia?
- Si, lo siento.
+ No pasa nada. Pues eso, que me llamaban Sancha, y no tenía amigos, me sentía discriminada, sola, desde pequeñita no fui nada habladora a causa de eso, y con los años todo fue empeorando, ya en 6º de primaria me llamaban, gorda, obesa, vaca... Te juro que no lo soportaba, era muy duro, en el instituto todo empeoraba, los insultos iban a mas, y mi depresión aumentaba, me sentía sola. Aún recuerdo un día, en el que vino mi madre y me dijo, "Sandra, que te pasa cariño? Llevas días sin comer." Yo simplemente inútil de mi le contesté "Nada, cosas mamá", "Que cosas?" me decía ella, "Mamá cosas joder!, dejame!", me estaba haciendo daño a mi y a mis seres queridos.
4 meses y medio después era una chica normal, me empezaba a ver guapa, empezaba a ser feliz, amable y a relacionarme con todo el mundo, empezaba a tener una vida, salía por las tardes, incluso llegara a enamorarme, de aquel chico, Jandro, no era muy guapo, pero tenía una personalidad que me derretía, una de mis amigas me animaba a que se lo dijera, parecía que le gustaba, y a raíz de eso empezamos a salir, estaba enamorada de el, mi primer amor a los 16, todo era genial, pero algo fallaba, de aquella pensaba que era normal, pero no, no lo era, me sentía mala persona, sentía que no era bueno lo que hacía, cada vez que comía, no se, no era yo, me enfadaba, las pagaba con cualquiera y me encerraba a llorar, todo era malo, negativo, mi novio me lo notaba, mis padres, amigos, y de mas, todo el mundo, todo el mundo me decía que no estaba bien, todo era como, ¿porque? ¿porque como si no voy a morir?, lo único que hago es engordar, por cada cosa que me llevo a la boca me hago fea y desagradable a la vista de cualquiera, podría hacer deporte, pero no, sería ser muy hombre, me decía a mi misma, tengo que ser una chica elegante y modelo, de revista. Los días pasaban, pesaba 43  Kg. y medio, y medía 179 cm., pero me miraba al espejo, y era gorda, mas que antes, si se me notaban las costillas, pero eso es normal, le pasa a cualquiera, no me gustaba lo que veía, tenía que salir de ahí de cualquier manera, cualquiera, claro, como no, a mi lado estaba el retrete, es lo que debo hacer, pensaba, me acerque, introduje los dedos hacia mi campanilla, y empecé a vomitar, lloraba, pero me sentía bien, era lo correcto. los meses pasaban, y me quedaba sin amigas, no me soportaban, siempre de malas, mi novio no me dejaba, era fantástico, pero me decía que ya no era la misma, estaba demasiado delgada. Iba al psicólogo para intentar saber que era lo que me llevara allí, no hablaba, prefería callar, y llorar, con los años todo empeoraba, mi novio me dijo, "O tu enfermedad, o yo, elige", yo le decía, "¿Que enfermedad?, no quiero que me dejes, pero si me dices eso me vas a tener que dejar, yo no tengo ninguna enfermedad", el me dijo, "Lo siento, no podemos seguir juntos, mi cobardía me hace débil, no puedo verte así, te quiero, pero no, no quiero ponerme malo con todo lo que te está pasando, adiós", yo le gritaba llorando "¡No te vallas! ¡Por favor! ¡Eres lo único que me queda! ¡Besame! y olvidemos todo, borrón y cuenta nueva, seamos felices, caminos juntos, seamos un tú y yo" lloraba, no paraba de llorar, el también en esto me dijo, "¿Ser un tu y yo?, lo siento, eso no es posible, eres una acomplejada, te transformaste en un bicho, eres fea, ¿De acuerdo?, eres demasiado delgada, y siempre estás amargada, lo tuyo no es normal, y yo no salgo con anormales" En ese momento me derrumbé, no podía creer que esas palabras salieran de su boca, el se fue, y yo me quede sola. Así paso el tiempo, tengo 19 años, y me estoy haciendo mi primer tatuaje, que representa..
- ¿Tu historia? La interrumpí.
+ No.
- ¿Como? Le dije un poco asombrado
+ Mírame, y dime que no soy gorda, me estás tatuando, lo tienes que ver.
- No no eres gorda, se nota que te estás recuperando.
+ Tuve una etapa donde me atracaba a comer, pero ahora ya hago bien.
- Comes lo necesario, ¿verdad?
+ Si.
- Me alegro de que te recuperaras.
+ Gracias, yo también me alegro, por mi claro.
- Bueno, ¿y tu tatuaje va por tu historia?, ¿para recordarte lo que eras y lo que eres ahora?, ¿para no derrumbarte?, Bueno acabamos, añadí.
+ No.
- Entonces... ¿Porque va?
+ Por como quiero ser.
Se iba apresurada de la tienda.
- ¡No te vallas! Le gritaba. ¿Tu no te has recuperado, verdad?
+ Yo nunca estuve mal, me dijo fríamente.
Se marchó de mi tienda. 
No podía creer lo que influenciaban unas palabras, me quede todo el día pensando en aquella chica, y en su historia, no estaba recuperada, yo pensaba que se hacía el tatuaje por todo lo que tubo que luchar para recuperarse, pero no, lo hizo para auto convencerse de que estaba gorda y no comer, lo que tenía que alcanzar era la costilla, que le fueran visibles. Estuve con remordimientos toda la tarde, pero al fin y al cabo, yo no sabía nada, ¡que triste!, me decía a mi mismo, yo no tenía la culpa de nada, esa chica se estaba consumiendo a si misma, no me quiero ver nunca en su situación, pero tengo que seguir trabajando, no me puedo detener, tenía a un hombre sentando esperando para hacerse un tatuaje, tengo que contratar a alguien. Debo volver al trabajo. 


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